La preocupación ética se puede convertir en todo tipo de acciones a lo largo de una vida, puede permear todo lo que uno hace, ser un hilo conductor. No todo lo que uno haga será efectivo en el sentido de mejorar la vida de todos, pero eso es algo que uno nunca sabrá.
Quién puede decir lo que es útil y lo que no. Sus consecuencias sobrepasan una vida y también lo que cada uno alcanza a saber de esos incontables que nos acompañan hoy. Aún así, aunque uno sepa que nunca lo sabrá, ¿hay algo que nos sirva de guía en el I Ching para hacer el menor daño posible con nuestras acciones?
Esta cuestión está en este par de hexagramas, cuyos trigramas componentes están en los extremos del eje norte-sur de la brújula, el eje vertical. Son opuestos complementarios:
Vamos todos juntos subiendo y bajando con la marea, esto es algo mucho más grande que uno. Esto es el hexagrama 29, Agua, caer en el abismo, correr en la garganta profunda que no tiene otra salida más que ir hacia abajo, volver al mar.
Si se trata de Agua, toda la que sube baja y toda la que baja vuelve a subir.
Toda entra y sale del corazón y del mar. Toda es nuestra, fuente de toda vida.
Algo que todos poseemos por igual.
La fuerza de la vida se manifiesta en Agua que corre, el primer latido que impulsa la sangre. Por eso Kan es el corazón, la sangre y el oído.
El sonido del agua que corre por el cuerpo de nuestra madre es el primer signo de vida que percibimos, nuestra memoria subjetiva más antigua. Memoria que no está en el recuerdo, que está en el cuerpo. También son los riñones que mantienen nuestra agua limpia, la fuente pura de la vida.
Si el mundo está en silencio, Agua cree estar sola. Corre y se precipita en el abismo que no ve. Por eso es el abismo y lo abismal. Lo que no tiene fondo, la caída. Nuestra vida insondable e incomprensible, la frontera de todo lo conocido y todo lo por conocer. Vida que corre hacia la muerte. Kan es algo que no podemos eludir.
El mundo está en silencio en invierno; por eso Kan es el norte, la luz escasa y engañosa, es el invierno y es el frío. Predador y presa, presa y predador. Es estar en peligro, es sobrevivir.
El mundo está en silencio en la noche y la única luz es la de la luna y las estrellas. Entonces Kan también es luna y también es la Vía Láctea en el cielo oscuro de la noche.
¿Quienes están despiertos en la noche entre los hombres? Los que roban, están de parranda, estudian con afán de comprender, observan las estrellas son ciegos o sufren.
Entonces Kan es el ladrón, el juerguista, el estudioso, el astrólogo o el enfermo de cuerpo, corazón, alma o mente. Los que anhelan, los obsesos y los apasionados. Los artistas absortos en su creación. Los que se olvidan de comer y son magros. Los osados y los imprudentes. Los que caen, se levantan y siguen. Los que eluden los obstáculos y los que, atascados, crecen hasta que los superan.
Si se trata de Agua, toda la que sube baja y toda la que baja vuelve a subir.
Toda entra y sale del corazón y del mar. Toda es nuestra, fuente de toda vida.
Algo que todos poseemos por igual.
La fuerza de la vida se manifiesta en Agua que corre, el primer latido que impulsa la sangre. Por eso Kan es el corazón, la sangre y el oído.
El sonido del agua que corre por el cuerpo de nuestra madre es el primer signo de vida que percibimos, nuestra memoria subjetiva más antigua. Memoria que no está en el recuerdo, que está en el cuerpo. También son los riñones que mantienen nuestra agua limpia, la fuente pura de la vida.
Si el mundo está en silencio, Agua cree estar sola. Corre y se precipita en el abismo que no ve. Por eso es el abismo y lo abismal. Lo que no tiene fondo, la caída. Nuestra vida insondable e incomprensible, la frontera de todo lo conocido y todo lo por conocer. Vida que corre hacia la muerte. Kan es algo que no podemos eludir.
El mundo está en silencio en invierno; por eso Kan es el norte, la luz escasa y engañosa, es el invierno y es el frío. Predador y presa, presa y predador. Es estar en peligro, es sobrevivir.
El mundo está en silencio en la noche y la única luz es la de la luna y las estrellas. Entonces Kan también es luna y también es la Vía Láctea en el cielo oscuro de la noche.
¿Quienes están despiertos en la noche entre los hombres? Los que roban, están de parranda, estudian con afán de comprender, observan las estrellas son ciegos o sufren.
Entonces Kan es el ladrón, el juerguista, el estudioso, el astrólogo o el enfermo de cuerpo, corazón, alma o mente. Los que anhelan, los obsesos y los apasionados. Los artistas absortos en su creación. Los que se olvidan de comer y son magros. Los osados y los imprudentes. Los que caen, se levantan y siguen. Los que eluden los obstáculos y los que, atascados, crecen hasta que los superan.
El momento y el lugar de Kan. Lo único que se mueve y suena es el agua |
El hexagrama 30, Fuego, es comunidad, calor, adherencia, la malla, el pegamento que nos mantiene unidos en el espacio de hoy y el tiempo de ayer y de mañana. Desde la cueva a las estrellas. Vida que se consume como se consume el Sol.
Los hexagramas 29 y 30, Agua y Fuego, son opuestos, antagónicos, e inseparables.
Los hexagramas 29 y 30, Agua y Fuego, son opuestos, antagónicos, e inseparables.
La preocupación ética está ligada a la consciencia histórica, de origen y destino común. La conciencia de vivir y morir en una comunidad más grande que uno mismo es consciencia histórica, es Sentido comunitario, es Li, es Fuego. Es la cultura, lo que construimos entre todos con el paso del tiempo, una comunidad organizada como se puede ver en el trigrama superior del hexagrama 50, El caldero. O en el trigrama inferior del hexagrama 37, La Familia.
El hexagrama 30 es esa consciencia de comunidad y consciencia histórica, memoria de pertenecer. La memoria de lo vivido y el proyecto inacabado para el futuro, consciencia de las semillas de futuro. El ojo que mira, ve y cobra consciencia de los seres del mundo, la vida bulle, la multitud de seres, la comunidad de vida. El verano.
El 29 no sabe lo que está haciendo, está oscurecido por el cuerpo. Late y late y lo mantiene andando, es nuestro corazón que sostiene nuestra vida. Sin embargo, hay un centro de consciencia en el 29, esas dos líneas yang centrales en el segundo y quinto puestos. Las únicas líneas del 29 que tienen pronóstico favorable con la única condición de mantenerse en el centro, de no perder el centro.Es el corazón haciendo eco a nuestros sentimientos.
K'an no sabe por qué estamos alegres o por qué estamos tristes, pero sí sabe cómo se siente la alegría y cómo se siente la tristeza, cómo la ira, la angustia, el amor, el rencor, cómo la felicidad, cómo se siente el miedo, cómo se siente la paz de ánimo. Responde a eso; se aquieta, se acelera, se sofoca, se libera.
Se puede decir que esa es la índole de los pensamientos del corazón -de esas dos líneas yang en el segundo y quinto puestos del hexagrama Agua-. Y que sus gustos se inclinan siempre hacia la alegría, la calma, el amor y la felicidad. Que no le gusta sentirse angustiado, rencoroso, asustado o triste y que, por experiencia, sabe que cuando hay amor el temor está ausente, que cuando hay alegría la tristeza es la que está ausente. El corazón es memoria y consciencia emocional.
Entonces, el corazón también sabe, aunque no tenga consciencia histórica ni preocupación ética.
Es buen guía para Li, con la condición de que la consciencia Li obedezca al corazón K'an.
Porque K'an, si lo dejan elegir, siempre elegirá la alegría, el amor y la felicidad.
Porque K'an, si lo dejan elegir, siempre elegirá la alegría, el amor y la felicidad.
El corazón no es tonto. El camino del corazón es recto como una flecha lanzada al futuro, no se desvía del blanco, no se distrae, trabaja concentrado y compactado. Esto es evidente en el diseño del hexagrama 29. Lo único que hace es latir y latir, sentir y sentir, desde el vientre de nuestra madre hasta que se detiene y morimos.
Li es la que se distrae, el hexagrama 30 se distrae, es el ojo; el ojo se distrae. Mira acá, luego allá, desea todo lo que ve y despierta su deseo; corre tras de ésto, luego de aquello. Cree que puede atrapar la esencia de las cosas con la mirada, consume y consume, agota la vida.
K'an, el corazón, nada ve en la oscuridad del cuerpo, pero sabe. Por experiencia sabe que cuando teme no ama, que cuando siente rencor no es feliz. Y que eso se siente muy mal, eso no le gusta al corazón, lo lastima, lo entristece, lo angustia.
La preocupación ética, entonces, de nada vale si solo se queda en memoria histórica y Sentido comunitario del ojo que ve en Li, si no acepta la guía del corazón que siente en K'an. Porque K'an, como dije, nunca se equivocará si no se sale de ese camino recto seducido por Li.
Porque, ¿de qué nos vale una preocupación ética que solo tenga en cuenta la libertad sin respeto por el otro y la igualdad ante la ley sin fraternidad ante las diferencias individuales? Cosas que el Agua, por experiencia, sabe muy bien aunque el corazón no sepa leer.
Estos dos hexagramas, en su conjunto, terminan la primera parte del I Ching. Estamos pegados, somos el mismo destino. Compartimos por igual el agua, la vida y la muerte. El invierno y el verano.
Si esto se comprende, las líneas del 29 y el 30 son más fáciles de leer en una consulta particular.
Actualizado: 14-04-2019
Actualizado: 18-02-2020
Actualizado: 18-02-2020
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