Hexagrama 39. 9 en el tercer puesto mutando al hexagrama 8

El Impedimento, el 39, sucede al Antagonismo, el 38. El antagonismo, es decir, que uno se siente ajeno, separado de sus vecinos, porque uno está en total desacuerdo. 
Por caso, uno puede ser un objetor de consciencia en la Alemania nazi en 1939 o ver con total claridad el absurdo intencional de la guerra de Malvinas en 1982 o escuchar ahora en el mostrador de la compra al vecino decir que hay que dolarizar la economía y a uno le da dolor de oídos o cualquier otra vivencia por el estilo que cada uno de ustedes haya vivido. 
Sucede porque, como dice la imagen del 38, sea cual sea la vida en comunidad, uno conserva su índole singular.  

Entonces, uno se encuentra en aprietos. Porque no puede hacer más que trabajar, comer, dormir y encerrarse en su casa a cultivar sus propios intereses. Por esta condición de antagonismo uno puede haber perdido amigos, familia, pertenencia y hasta es posible que haya perdido su trabajo. Eso es estar en el 39, el impedimento. 
Sé que se puede vivir de muchas maneras y que esta que describo acá es limitada, pero espero que sea útil para reconocer la situación en que uno se encuentra en el 39. 

En algún momento de la vida comunitaria uno se detuvo interiormente, el trigrama inferior es Montaña que posee la luz espontánea, ese trazo brillante superior que ilumina las dos líneas de abajo.  Uno no siguió con los demás, perdió pertenencia, se convirtió en un extraño que circula en silencio.

Algo parecido al hexagrama 56, El Andariego, pero distinto. Porque el trigrama superior es Agua y no se detiene en ningún lugar, no se adhiere a ninguna opinión, no discute ni desea nada de lo que le puedan ofrecer en este lugar que le es ajeno, extraño, que no entiende y en el que no lo entienden. Uno es un paria, eso es lo que es. Por nacimiento o por propia elección.

Por nacimiento, si nunca jamás uno ha entendido, por ejemplo, qué es lo que motiva las contradicciones, las incoherencias, la maledicencia, el abuso de poder, la envidia, la mentira. Todo eso que nos rodea, vivamos donde vivamos. Por elección, si uno ha caído en cuenta luego y ha cortado sus lazos con la humanidad. El 39.

Caspar David Friedrich o La Cordura de Saberse Loco
El caminante sobre el mar de nubes
Alemania, 1774-1840


No soy tan débil como para someterme a las 
exigencias de la época cuando van en contra de mis convicciones. 
Tejo un capullo a mi alrededor; que los 
demás hagan lo propio. Dejaré que el tiempo revele 
qué brotará: una brillante mariposa o un gusano.
Caspar David Friedrich


Y esta mutación del tercer puesto del 39 que lleva al hexagrama 8, La Solidaridad, ¿cómo se la puede entender? ¿qué ha sucedido en el interior de esta persona, paria por nacimiento o por elección propia?

En primer lugar, este hexagrama habla de una tarea muy larga y dificultosa, algo que requiere duradera perseverancia. En el Ritsema-Karcher a este hexagrama se lo llama Cojear, porque uno camina cojeando. Es decir que no es algo que uno se pueda sacar de encima, una cojera es una marca que se lleva toda la vida.  Que lo distingue y diferencia, que lo hace un extraño que llama la atención. Un raro, un friky o como quieran llamarlo.

Si uno jamás ha entendido qué les sucede interiormente a sus congéneres para comportarse como se comportan -recordar que llegamos al 39 pasando por el 38-, es porque uno es verdaderamente distinto. Porque no encuentra en su interior una identificación que lo haga entender. Y no le será fácil vivir con ellos, porque ellos tampoco lo entenderán y andará cojeando toda su vida. 

En este hexagrama el trigrama Agua está dos veces, como superior y como nuclear inferior. Dicen de este trigrama que aprende de la experiencia y que enseña con el ejemplo. 
Es que no se puede entender aquello que no se ha vivido y sentido, porque viviendo se siente y sintiendo se entiende. Cómo entender la envidia y el daño gratuito que acarrea, si nunca se ha sentido envidia. O nunca se ha sentido la curiosidad morbosa y sádica del maledicente y por tanto no se entiende la maledicencia.

Si uno no lo puede vivir para entender, lo que necesita para entender es vivirlo a través de los demás, aprovechar los ejemplos. Convertirse en un agudo observador de la naturaleza humana. 
Y para eso tiene que salir de su casa y vivir en comunidad, solidarizarse en empresas comunes, caminar por el llano; por más distinto que sea.

Así veo a esta línea tres del hexagrama 39, como a alguien que aprende con el ejemplo y con experiencias dolorosas, porque es tan distinto que no entiende a los demás. Y la tercera línea del hexagrama 8 me lo confirma, al afirmar que esta persona se solidariza con quienes no debe ser. Que debería solidarizarse con sus iguales, dice la línea; pero qué tal si no encuentra a sus iguales más que muy de tanto en tanto. Y los distingue porque bajó al llano y sus iguales -perdidos entre la multitud- cojean igual que él. Los distingue por la cojera.

Entonces camina cojeando y aprendiendo en el llano, porque la única especie inteligente del planeta es la humana y este personaje es humano por muy diferente que sea y extraño que se sienta. Y porque el camino de la solidaridad en el llano es cosa alegre y el del agua arriba de la montaña es muy duro, frío y solitario. De alguna manera tendrá que entender a esta humanidad a la que pertenece y usar su vida para algo útil. 

Pienso que al final logrará entender y aceptar, aunque nunca pueda vivir y sentir aquello que sienten los demás. Y todo gracias a que salió de sí mismo, de su casa iluminada en el tercer puesto de la montaña y bajó al llano del trigrama Tierra.

Estos son los signos y todo está dicho en su simbolismo; lo que alcanzamos a distinguir meditando en ellos y sus posibles combinaciones y lo que no, todo:

Hexagrama 39, El impedimento, 9 en el tercer puesto

mutando al hexagrama 8, La Solidaridad


Comentarios

Hada Selva ha dicho que…
Querida Marta, no sé si te llegará este comentario pues hace tiempo que cerraste el blog.
Sólo queria decirte que esta rarita cojeando en un mundo al que no entiende, un mundo al que le da tristeza ver. ver como estamos aniquilando nuestro bello planeta, la nave azul intergaláctica. ES tanta la impotencia que se siente ante esta barbarie que sobrepasa especies y parece no tener fin.
Cuánto me gustaría a veces ser más común, no tener esa amplitud de visión que tenemos las locas, las que vemos más allá de nuestro ombligo, las que vemos el sufrimiento y el acoso del planeta, los mares, las montañas y ríos y todos los seres vivos, humanos, animales , vegetales.
No sé con que intención he comenzado este escrito, tal vez sólo cojeo pues es mi signo.
Te contaré que hoy nuestro gran maestro me definió en este momento como 28.3 a 47 y al preguntar como salir de este trance me respondió 39.3.5 a 2.
No sé me duele me duele ver el reflejo del sol con ese color que me dice que el planeta arde, me duele pensar que apenas quedan 30 años de humanidad, perdí la esperanza y la fé. ya no me valen las meditaciones grupales por un mundo mejor y una humanidad consciente.
Tan sólo queda aceptar, aceptar y vivir cada día como si no fueran los últimos días, arroparme en la rutina e intentar no ver más allá.