Cómo domesticar a Chien, el Dragón. Segunda Parte.

Comienzo por el hexagrama 9, entonces el trío es 8-9-10 (par-impar-par; acto-pensamiento-acto)

   

En el 9, que está en el centro, la suavidad de la búsqueda vacilante de Sun afuera dice a Chien adentro, el Dragón: "te estoy estudiando con mucha atención, no se me escapa nada de lo que piensas". Porque esa es la acción de Sun cuando está arriba, penetra en los intersticios de la cosa que está abajo y en este hexagrama abajo está Chien. Como ven, también están Li, Fuego, y Tui Lago.
Sun separa para distinguir, Li ilumina para ver y Tui con su serenidad se toma todo el tiempo necesario para sopesar y ponderar. El poder de la discriminación consciente a lo largo del tiempo de las tres permite comprender a ese Dragón que está abajo.

El pensamiento de Chien, las ideas de Chien, el mandato implantado en nuestra crianza y educación, está siendo revisado minuciosamente por la actividad de Sun y de Li y la conversación parsimoniosa de Tui. Porque Tui es el poder de la comunicación. ¿Cuál es la intención de esta revisión? Comprobar si ese mandato puede ser aceptado por mí -tal y como ha llegado hasta mí- o necesita ser rectificado o descartado por caduco, por absurdo o por improcedente.
Densas nubes, ninguna lluvia desde nuestra región del Oeste. Tendrá éxito.
Es una práctica y un ejercicio de reflexión y deliberación consciente sobre una práctica, es una dialéctica que se produce de forma natural en el hexagrama nueve porque todos tenemos esa herramienta que lo hace. 


Un pequeño paréntesis, tengan paciencia:

Como esto que estoy escribiendo ahora lo hago con ese poder de discriminación consciente del hexagrama 9, es importante introducir acá un fragmento que extraje de Cornelius Castoriadis cuando mis pensamientos reflexivos circulaban por la cuestión de la educación. Porque esa ha sido mi profesión, educar. Y lo hice a consciencia. Porque somos seres humanos y eso complica la cosa de la educación; no es adiestrar perros de compañía. Ni perros pastores, ni de circo, ni de guardia, ni de carrera ni de pelea ni de exhibición. Estamos educando seres humanos.

Él dijo así en un pequeño escrito que llamó Poder, Política, Autonomía:
Que la intención que fundó la democracia en Atenas fue "crear las instituciones que, interiorizadas por los individuos, faciliten lo más posible el acceso a su autonomía individual y su posibilidad de participación efectiva en todo poder explícito existente en la sociedad."

Algo que tenemos que agradecer al mito fundacional de Atenas, a Teseo, el que se encargó de ese pesado Procusto en camino a Atenas. Teseo fue la segunda fundación de Atenas, cuando los atenienses cayeron en cuenta del implante de memoria que cargaban en sus mentes. Algo parecido a lo que está sucediendo acá. Escribí algo para Teseo que es oportuno ahora, porque este mito fundacional es la semilla de ese árbol que está haciendo su trabajo arriba en el hexagrama 9. El comienzo del proyecto de autonomía en Occidente que nos conduce al hexagrama 10, El Porte y así poder realizar el 11, La Paz. Un camino largo, no es fácil, impacientarse no sirve.

Impacientarse en el ágora, impacientarse con Chien, nos ha llevado a tantos intentos de ingeniería social con su carga de guerras y matanzas de inocentes que, tal vez, ha llegado el momento de aceptar que la ingeniería social no puede con nuestra naturaleza. Que hay algo en nosotros que necesitamos aprender, darnos cuenta de que a Chien no se lo puede molestar sin consecuencias catastróficas para todos.

Esa intención de la democracia ateniense fue vulnerada por la Escuela Normalizadora del siglo XIX, porque ese siglo que creó nuestra escuela no fue democrático, fue elitista. Y, si en la semilla está prefigurado el fruto, esta escuela sólo puede instruir para las necesidades de las élites que la crearon.

Todos los que estamos vivos ahora hemos sido instruidos concienzudamente en la Escuela Normalizadora, una institución del hexagrama 26, La Fuerza Domesticadora de lo Grande. Y repetimos y repetimos y repetimos. De padres a hijos, porque también la gran mayoría de nosotros fuimos criados en la Familia Patriarcal, otra institución del hexagrama 26.
Porque ese es el peso de las instituciones, esa Montaña que está arriba de Chien en el hexagrama 26.

Pero acá, no estamos en el 26, estamos en el 9, La Fuerza Domesticadora de lo Pequeño. Se trata de cada uno de nosotros, de ese poder que tenemos aunque seamos pequeños. Ese poder de discriminación consciente de Sun y Li y la comunicación posible por el lenguaje de Tui en el hexagrama 9.

No importa si fuimos implantados con un programa para repetir y repetir en el hexagrama 26. A este poder individual no lo hemos perdido. A menos que durante la crianza y la educación nos hayan roto en mil pedazos, sin posibilidad de compostura. Nos hayan convertido en clones irrecuperables.
Y eso no es posible que le haya sucedido a ninguno de nosotros o no estaríamos acá escribiendo y leyendo esto que escribo ahora.
Entonces escribo para nosotros, los que podemos trabajar en nuestros pensamientos implantados y discriminar ahí, separando lo que sirve para vivir nuestra vida como gente entre gente en armonía con nuestra naturaleza y con la Naturaleza, y lo que no nos sirve para eso.


Luego del 9 sigue el 10, El Porte. Allí, Tui adentro con la luz de Li, la discriminación de Sun y las largas conversaciones serenas de Tui, le dice a Chien afuera: "paso a paso voy tras de ti como si un lazo imperceptible y suelto me atara a ti", El Porte, el hexagrama 10, "ni te darás cuenta que te sigo. Si te detienes, me detengo; si avanzas, avanzo. Paso a paso, sin adelantarme. "

En el hexagrama 10 el acto sigue al pensamiento, los pensamientos están a la vista en todo lo que se hace. No hay segundas intenciones ocultas, sólo las explícitas. Y eso se hace notar en El Porte, el aplomo de estar centrado en sí mismo. La serenidad de Tui, la claridad de Li y la suavidad de Sun siguen a Chien. En El Porte los tres trigramas femeninos están escalonados en orden de adentro hacia afuera: Lo Sereno, Lo Adherente, Lo Suave.

Porque soy lo que soy y pienso como pienso, luego, hago lo que hago. Pero no lo hago a lo bestia, lo hago con la discriminación de Sun para tomar en consideración cada caso en particular con Li, y me tomo el tiempo necesario para consultar y conversar con otros con Tui. Porque no permito que nadie me apure. Nadie desde adentro, nadie desde afuera. Nadie que no sea mi Dragón. Porque cuando el Dragón galopa, uno galopa por detrás

Esto es posible si en el hexagrama 9 aprendemos a re-conocernos por lo que somos más allá de cualquier ideología que nos hayan implantado en las memorias la familia, la escuela, los medios de comunicación, las figuras de autoridad. Hemos superado todo eso. Este es el significado de esta secuencia. Algo que comienza con el hexagrama 4, El Joven Necio que se la pasa preguntando. Y bien que hace en preguntar, aunque de tanto en tanto el maestro se impaciente con tanta pregunta impertinente. Impertinente, que no tiene relación con el tema que se está tratando, que no es pertinente. Que es una pregunta fuera de lugar.

La secuencia completa, desde el 8, La Solidaridad, al 9, La Fuerza Domesticadora de lo Pequeño y a Pisar, -el 10-, dice algo así:
"Cuando estamos juntos en proyectos solidarios -como es vivir en una ciudad, ser ciudadanos- vamos acumulando, con perseverancia y una a una, pequeñas experiencias diarias al tratar con la Fuerza ilimitada interior que todos tenemos. Porque todos tenemos un cielo interior, un tiempo acumulado cultural y ancestral, diverso, poderoso y creativo que necesita expresarse en el mundo. Pero no estamos solos, sino que estamos en ese proyecto de solidaridad que puede ser una ciudad, un vagón del subterráneo, la cola del banco, el patio de la escuela o la sala de espera del consultorio del dentista. Así, en esos choques de ideas y voluntades, aprendemos a conducirnos a nosotros mismos con los demás y enseñamos a los demás a conducirse con nosotros mismos. Es decir, cuáles son los códigos de conducta buenos para nosotros, los humanos". Así de simple y pedestre es esto, de igual a igual y sin jerarquías.

Por eso al 10 también se le llama El Porte, porque el sujeto del 10 ha encontrado su aplomo en ser lo que es y ejerce un efecto ejemplificador en el espacio relacional en donde actúa.
Esa es mi versión libre del texto de la traducción de Ritsema-Karcher para la secuencia del 8 al 9: Agrupar posee un lugar para acumular, Y del 9 al 10:  Seres acumulándose, por ende después poseyendo códigos. 


Pero, ¿cómo es que el hexagrama 9 se despierta en nosotros y comienza a trabajar a toda máquina?. Nos sucede en el interior cuando nos unimos a otros en el hexagrama 8, cuando nos agrupamos libremente, en algún lugar, para estar juntos en proyectos abiertos, libres y solidarios. Y esa unión solidaria es la que nos enseña a tratar con el dragón propio y con el que cada uno de los demás tiene en su interior. Nada más solidario que una ciudad, ese ecosistema humano que hemos creado los humanos para nosotros mismos.

 Así, los códigos surgen naturalmente de la concurrencia en obras solidarias, del actuar en ellas con perseverancia, elevación y duración. El hexagrama 8 nos pregunta, ¿lo tienes? ¿lo has hecho alguna vez? ¿has pasado por esa experiencia y aprendido a vivir como gente entre gente?. Porque los códigos se aprenden así. Los que estudiamos en el libro de las leyes civiles, penales y religiosas no nos enseñan; nos enseñan los demás, nuestros socios en la empresa de vivir.

El hexagrama 9 es el emergente mental, de consciencia, de tratar con todo tipo de gente en grupos solidarios en el hexagrama ocho, La Solidaridad, Agrupar.

Grupos que se arman porque hay un llamado abierto en el quinto puesto y los que se acercan lo hacen porque ese llamado re-suena con su interior, porque son receptivos a ese llamado. Está Lo Receptivo en el interior del hexagrama 8. Lo Receptivo, la masa, la gente, el pueblo, el ciudadano, el vecino.

La Solidaridad, Domesticar por lo Pequeño, El Porte. 8 - 9 - 10
Esta es la secuencia para comprender cómo se logra esa reflexión no dañina del hexagrama 9. No daña porque no es dañino revisar y repasar todo lo que está en nuestra memoria. Nos lleva al 10, El Porte. Y más allá del Porte nos lleva al 11, La Paz.

Y todo ha sido gracias a que participamos en el 8, La Solidaridad. Nos convertimos en hombres conscientes que saben quienes son y respetan a los demás cuando participamos con otros en grupos solidarios. Con todas las banderas, los sexos, los colores, las edades, las condiciones sociales. Nadie queda afuera en el 8 si quiere participar. Como bien dice ese comentario del texto, "La Solidaridad es cosa alegre". La solidaridad en la plaza, en el Ágora, donde conversa sin prejuicios todo el zoológico humano. Esa es la experiencia del hexagrama 8 que despierta al 9 y crea la experiencia del 10.

Nada de esto se logra si el sujeto vive en una caja de cristal entre algodones, de limusina a salón vip o escuela vip y de salón vip o escuela vip a limusina. Sin saber lo que es la cola de un banco, un vagón del subterráneo, la sala de espera de un hospital público, un partido de fútbol, jugar en la esquina, andar en bicicleta, no conoce las calles de su ciudad ni ha tenido encuentros embromados en los espacios públicos. 
Tampoco se logra si el sujeto es un paria que vive en el suburbio ruinoso de una gran ciudad, tiene un vocabulario de 200 palabras, creció desnutrido y no conoce las calles de su ciudad porque nunca salió de su suburbio ruinoso.
La dificultad que estamos viviendo hoy con todo esto no es la ciudad, sino su tamaño. El tamaño de la ciudad no es humana, hay que reducir su tamaño, hay que migrar a ciudades más pequeñas. Y el hecho de que las mujeres hemos accedido muy recientemente a los espacios públicos y estamos en ese aprendizaje. Un aprendizaje que necesitamos tanto las mujeres como los hombres. Establecer los códigos  es un proceso constante y el impaciente pierde. Por eso el hexagrama 8 nos pregunta con insistencia si estamos a la altura de lo que hay que hacer.

Paolo Uccello, National Gallery de Londres
El Porte es esa Dama que camina siguiendo al Dragón con una correa para ir sintiendo el ritmo. Ella lo ha domesticado. Sun domestica a Chien en el hexagrama 9 y así Tui en el hexagrama 10 camina aplomada, serena y sin sobresaltos ni miedos ni reacciones violentas, conforme consigo misma y prevenida por su experiencia pero no a la defensiva, viviendo el tiempo que le tocó vivir. Sea el que sea. Con su Dragón por delante y conversando con todos. 

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Un comentario: no me puedo explicar esta pintura, como no sea que esa Dama sea la posadera con la que se casó Uccello, una viuda entrada en años para los cánones de la época, con la que tuvo una hija. Hija que también pintaba y muy bien, dice el biógrafo, pero como no podía firmar sus cuadros ni venderlos por ser mujer, tal vez por eso nadie sabe qué sucedió con ellos.
Una posadera en el 1400 en Florencia seguro que ha pasado por el ágora y tiene ese aplomo de Tui en el hexagrama 10. Una posadera sabe tratar con todo tipo de gente por más furibunda que sea sin que se le mueva un cabello del peinado. Algo como Ángela Merkel.
Bromas aparte, yo no me puedo explicar esta pintura. Lo que veo está en contradicción flagrante con la historia de San Jorge y el Dragón y no la puedo imaginar colgada en una iglesia italiana. En la National Gallery de Londres, puede ser. Ellos tienen la experiencia de Isabel Tudor, que también domó a su Dragón.

Otro comentario: el I Ching se puede leer como el relato del Camino del Héroe, desde su nacimiento en el hexagrama 3, hasta su juicio final en el hexagrama 62; cuando se despoja de todo para poder cruzar las montañas. Una larga vida llena de historias y de obras. Algo como Paolo Uccello.
También se puede leer, en una dimensión social, como la historia de la civilización. Y este trío 8-9-10 sería el momento del florecimiento de las ciudades. Ciudades que nacieron a las orillas de los grandes ríos de las llanuras fértiles del planeta, el hexagrama 8. Los primeros códigos escritos, de Manu, de Hamurabi, el hexagrama 10. Lo que no significa que estos sean los primeros códigos que discutimos y aceptamos para poder vivir juntos, lo tuvimos que hacer mucho antes. Chien es peligroso sin domesticar.
La secuencia también tiene muchas dimensiones de lectura, igual que los hexagramas y cada una de las líneas. Esto es como una flor de loto que se abre desplegando los círculos concéntricos de sus pétalos.

Siempre me han gustado las obras de Paolo Uccello, no me canso de mirarlas. Tienen mensajes y guiños, conversan con uno. Ese es el poder de Tui, la comunicación; uno se puede comunicar con gente del pasado remoto y del futuro distante con Tui. Tampoco importa la distancia. Digamos que, para Tui, el tiempo y el espacio son algo relativo. Será por eso que al 58, Lo Sereno, le sigue el 59, La Dispersión, la comunicación mediante el tráfico. Algo como Internet.
Lo que se puede leer con la secuencia, es fascinante.

NOTA:
Con respecto a mirar esta pintura con ojos astrológicos, no estoy viendo a Venus, es Luna. Lo receptivo. Una luna madura que se está acercando a su conjunción con el sol, como la que está en el cielo. Una luna fogueada en mil batallas, por eso me recuerda a Ángela Merkel y a Isabel Tudor y pensé en la posadera de Paolo Uccello y en otras que conozco. Eso no significa que esta figura no pueda ser un hombre, un hombre con una luna así. 
Tanto han escuchado a los demás estas personas, tanto han hablado con los demás, tantas experiencias tienen de darse cuenta que el mundo interior de la gente es un misterio de donde surgen pensamientos e ideas de todo tipo, que eso es lo que lleva a reconocerse a sí misma como distinta y única y a los demás también. Ya aprendió, se apropió de los códigos. Cuál es el código de aquel, de aquella y de el de más allá. Cuando conoces el código puedes hablar con cualquiera, aprender de cualquiera, saber lo que puedes y no puedes hacer en el lugar donde estás. En la ciudad hay de todo, como en botica, pero si atraviesas la ciudad en un automóvil con vidrios polarizados, nunca te enteras.

Y eso es El Porte, una luna vieja, una Luna con Saturno, una Luna en Capricornio, una luna de cuatro días en la carta natal de alguien de 60 años que ha vivido participando la solidaridad en espacios públicos el hexagrama 8 o una luna de 25 días en una carta de alguien de 4 años, es decir, alguien que ha nacido con una luna madura y muy pronto aprenderá la lección del hexagrama 8, 9 y 10. Para esa persona será como recordar algo que ya sabe. Una luna en casa 1 con Júpiter al frente en casa 7, una luna en casa 3 o una casa 3 en Cáncer con Luna en Tauro en casa 1. Hay muchos formatos posibles.
Esa luna ayuda al Sol a reconocerse, nos ayuda a reconocernos a nosotros mismos y a conocer a los demás. Entonces perdemos ese miedo a conducirnos como hombres libres. Ese miedo que lleva a reaccionar con violencia a la menor molestia de nuestro ego. Lo que nos hace caprichosos y violentos es ese miedo. Hay que atravesar el miedo al otro y eso se logra en el hexagrama 8.

El hexagrama 8 tiene a Kan, Agua, a la vista en el trigrama superior. Kan es la luna, la imagen del hexagrama es un río de llanura, grande, navegable, que sirve para el tráfico entre ciudades costeras, el 5º puesto del 8 es la ciudad más grande, la que llama a todas por su brillo. Un lugar central, la capital, la plaza central, el ágora.

La solidaridad es horizontal, el río corre con el desnivel de la llanura, Kun está abajo, Kun, lo receptivo tiene un cauce para ese río.. El reflejo de la multitud de soles que nos rodean en un espacio público, el reconocimiento del otro que nos hace saber quienes somos. Porque nos decimos, "sí, acuerdo" y nos decimos "no, no acuerdo" o "sí, pero..." o "no, pero..." y vamos en esa muchedumbre que camina con nosotros la vida conociendo todo tipo de mentes. 
Podemos hacer esto si somos receptivos por dentro, el hexagrama 8. Si somos como una llanura que tiene un cauce para el río.
El que digiere esas experiencias es el hexagrama 9. Uno ha perdido el miedo al otro y su reacción violenta y caprichosa, uno ha perdido la queja, en el hexagrama 10, El Porte. El aplomo de vivir con códigos que uno mismo ha revisado, discutido y aceptado por bien de todos. Sin olvidar que uno es parte de ese todos y que hace lo necesario para hacerlo valer.
Lo que usualmente llamamos Contrato Social.

Comentarios

Mariana ha dicho que…
La Seducción
(San Jorge y el dragón, Paolo Uccello)

Cuánta sólida armadura,
San Jorge,
cuánto brioso caballo
-blanco, encabritado-
cuán larga la lanza
(símbolo viril)
cuánta furia
cuánto odio
para enfrentar al terrible dragón
de fauces chorreantes
que una gentil doncella,
con mano suave,
saca a pasear dócilmente,
como si se tratara de un perrillo faldero.

Aquello que los hombres matan con violencia
las mujeres domestican con dulzura.


De Cristina Peri Rossi, "La barca del tiempo" Antología poética.


Marta, nos recordé y comparto el poema que espero llegue a tiempo.
Va con mucho cariño ¡Gran abrazo!
Mariana desde el sur de Uruguay.