Usando el I Ching


Gunnar Ekelöf




CADA HOMBRE ES UN MUNDO



CADA hombre es un mundo, habitado

por seres ciegos en oscura rebelión

contra el rey yo que los gobierna.

En cada alma hay mil almas prisioneras,

en cada mundo hay mil mundos ocultos

y esos mundos ciegos, esos mundos soterrados

son vivos y verdaderos, aunque imperfectos,

tan cierto como que yo soy real. Y nosotros, reyes

y príncipes de los mil seres posibles que hay en nosotros,

somos al mismo tiempo siervos, prisoneros

de algún ser mayor, cuyos ser y esencia no

comprendemos, tampoco nuestro superior

los de su superior. De su muerte y de su amor

se han teñido nuestros propios sentimientos.



Como cuando un enorme vapor pasa

a lo lejos, bajo el horizonte, donde el mar yace

en la brillante tersura de su atardecer. – Y no sabemos de él

hasta que llega el oleaje a la playa,

una ola primero, después otra y muchas más

que estallan en un murmullo hasta que todo queda

como antes. – Sin embargo, todo es diferente.



De la misma manera nosotros, sombras,

nos vemos embargados de una extraña inquietud

cuando algo nos dice que ha viajado gente,

que algunos de los posibles han sido liberados.





Gunnar Ekelöf: Poemas. Versión de Francisco J. Uriz. Plaza & Janes, Barcelona, 1981, p. 108