SOBRE LOS IDIOMAS SAGRADOS (I)


"Si las puertas de la percepción se despejaran, todo se le aparecería al hombre tal como es, infinito. Porque el hombre se ha cerrado hasta tal punto que ve todas las cosas a través de la estrechas rendijas de su caverna"  William Blake


Los Idiomas Sagrados I


Lo sagrado se distingue de lo profano por una experiencia personal, subjetiva.
Lo sagrado se nos manifiesta, se nos muestra, se nos aparece como algo completamente diferente de lo profano. Lo sagrado nos asombra y nos atrae.
De alguna manera hemos percibido una manifestación sensible de lo invisible. Algo se ha trasparentado que convierte en sagrado a lo que hasta entonces era profano. Este es el valor del ritual, hacernos sensibles a lo invisible.
Pero esa sensibilidad es algo humano que no requiere de ritual alguno para manifestarse. Si no existiera ya dentro nuestro, ningún ritual la haría aflorar.

Hay maneras de vivir que mantienen esa sensibilidad a flor de piel, como cuando vivimos en íntimo contacto diario con la naturaleza y los ritos son celebraciones comunitarias para agradecer o peticionar en nombre de todos y para todos. Esos ritos no son para despertar nuestra sensibilidad, porque está tan despierta como cuando nacimos.

Para una subjetividad sensible a lo sagrado nada de esto es atemorizante, a menos que alguna autoridad se valga de ello para domesticarlo y quebrar su voluntad. Son experiencias que han estado con uno siempre; desde nuestros recuerdos más lejanos han estado ahí. Nos son familiares, estamos en casa.
En casa hay de todo y también hay lo sagrado y lo profano.

Algunos de nosotros hemos recibido adiestramiento para lo sagrado y tenemos palabras culturales de un idioma profano; es decir, etiquetas, para designarlo. Otros no, usan sus propias palabras o guardan silencio al respecto.

Soy de las que usa sus propias palabras y no gusta hablar de estas cuestiones, eso me ha permitido un acercamiento confiado a los Idiomas Sagrados. Porque las palabras son útiles para comunicarse, pero también pueden clausurar las experiencias con sus etiquetas. Lo que está etiquetado pierde su interés y la palabra termina por remplazar a la experiencia.
Un mundo etiquetado por las generaciones anteriores tiene una sola lectura, la de su cultura.

Esto es fácil de lograr, me refiero a la educación de los niños para su vínculo en libertad con lo sagrado. Sólo tenemos que contestar cuando pregunten sobre la muerte y sobre la vida antes de la vida y tantas otras preguntas que hacemos a nuestros padres cuando nos intriga y asombra este mundo: "no sé, yo tampoco tengo aún una respuesta para eso, tal vez la alcancemos viviendo".

Así, uno deja el misterio vivo y latiendo, deja el ansia del niño sensible a lo invisible tal cual llegó al mundo, receptivo. Y lo hace caminar con respeto la vida, porque la alabanza ya la siente y lo que necesita es el respeto a todo lo invisible y desconocido.
Para mí, "dejad que los niños lleguen hasta mí", tiene ese significado. Así lo interpreto y me parece de una lógica completamente transparente, teniendo en cuenta los serios problemas que esta persona que dicen que dijo estas palabras, tuvo con los sacerdotes de su propia religión. Porque estas palabras no están dirigidas a los niños, sino a los sacerdotes.

Eso es todo lo que tengo para decir sobre lo sagrado y lo profano acá y ahora.
Entonces, aclarado el punto, ya se sabe desde dónde estoy hablando cuando uso estas palabras que nunca uso.

Los Idiomas Sagrados, entonces, son aquellos que no etiquetan, que hablan con metáforas, alegorías y símbolos. Que investigan el mundo por lo visible en él;  pero sabiendo una cosa: que lo visible es una manifestación de lo invisible. Que detrás de lo visible subyace otro mundo que es imperceptible para nuestros sentidos pero que percibimos por nuestras experiencias subjetivas en contacto con él.

Estudiar y reflexionar sobre los Idiomas Sagrados de la humanidad consiste en buscar significados comunes a todos ellos. El tema musical oculto en sus distintos arreglos.

Las letras, el zodiaco, los números, los signos, los dioses, las runas, las figuras del Tarot, los cuentos; todos ellos son tecnologías culturales objetivas de las que nos apropiamos subjetivamente para encontrar y comunicar significados.
Tecnologías que nos permiten acceder a lo invisible y modos de comunicación con lo invisible. Modos que no son destructivos, que son amables y considerados con ambas partes, lo visible y lo invisible, lo yang y lo yin.

El desarrollo de la Ciencia occidental ha comprobado la existencia de lo invisible que sostiene al mundo andando, lo ha hecho de una y mil maneras. Con sus métodos destructivos solo alcanza a la descripción de cómo funciona, pero no alcanza a percibir absolutamente nada de su significado.
Porque la Ciencia no busca significado, busca saber cómo funciona para hacer que la sustancia del mundo se pliegue a su voluntad.

La Ciencia es yang, el Idioma Sagrado es yin. Podrían complementarse muy bien si lo yang no se caracterizase por llevar su voluntad hasta la soberbia y el arrepentimiento y lo yin no se caracterizase por decir no cuando ya es demasiado tarde y todo está destruido.
De esto se trata en las sextas líneas de los hexagramas 1 y 2, Lo Creativo y Lo Receptivo

Aunque algunas investigaciones en física cuántica, en biología molecular y en neurobiología nos han regalado con muchos libros donde estos científicos demuestran su asombro y sus meditaciones y las conclusiones a las que han llegado al penetrar tan profundamente en la sustancia del mundo, ellos recién se están asomando a lo que los Idiomas Sagrados vienen haciendo hace milenios.

Porque estos idiomas que llamamos sagrados se construyeron en base a esa certeza miles de años atrás. Todos son tecnologías de distintas culturas que ya no están vivas en este tiempo y nos han dejado el legado de sus Idiomas Sagrados. Algo que nosotros ya no podemos hacer desde que nos apartamos de la naturaleza viviendo en ciudades.

Todos apelan a las mismas esencias para conectar con lo invisible detrás de lo visible.
El significado, el tema, la melodía, el arquetipo, el significado con distintos significantes de los idiomas sagrados atraviesa a todos ellos. Ese significado es transcultural.

Para estos estudios uno necesita conocer las palabras, los mitos, la historia, la geografía, los modos de vida, el pensamiento con que vivieron lo que vivieron las distintas culturas que dieron origen al Idioma Sagrado y aquellas otras que los tomaron y los adaptaron, para encontrar las similitudes de los significados subyacentes a todos ellos. Son estudios interdisciplinarios, que no constituyen una profesión ni sirven para ganarse el sustento diario a la inmensa mayoría de sus estudiosos.

Son estudios y prácticas que se hacen por amor, no hay otro motor tan poderoso que lleve a ocupar todo el tiempo libre de una persona que no busca ser retribuido por ello.
El Idioma Sagrado que te elige llega a uno como caído del cielo, como la quinta línea del hexagrama 44, El Ir al Encuentro, que al mutar lleva al 50, El Caldero.
Esa línea dice así:
Un melón cubierto de hojas de sauce: líneas ocultas. Entonces la cosa le llega a uno como caída del cielo.

Pero luego, al usarlo y estudiarlo, al reflexionar y meditar en ello, al adentrarse en ese idioma, entra en contacto con los demás. Y puede convertirse en un políglota de los Idiomas Sagrados al descubrir la similitud en los significados subyacentes a todos ellos. Como si consultaras con un diccionario que traslada significados de uno a otro idioma.

Esos significados subyacentes son como una malla, una red sin espacio y sin tiempo de significado común, que no pueden ser atribuidos a otra cosa que algo como una memoria genética que es igual para todos los hombres que han sido, son y serán. Un código incrustado en nuestra sustancia que manifiesta las mismas esencias. Un idioma abstracto de esencias, único para todos, que cada uno escribe de distinta manera.

No es significativo si esa mujer que está consultando con el I Ching o con las Runas o está estudiando los tránsitos sobre una carta natal hable el idioma que hable, use pañuelo en la cabeza, no coma carne o lo haga. Nada de eso importa, aunque eso pondrá en su mente una particular manera de expresar y contextualizar lo que pueda descubrir con ese idioma sagrado que está usando.

Es por esto que digo que acá, que en el I Ching, en la Astrología, las Runas; las palabras son vacías.
Lo que da contenido a toda esa realidad cultural objetiva, el Idioma Sagrado, es el significado y no las palabras, y eso lo encuentro con mi particular subjetividad. Siempre es subjetivo, es una "interpretación" cultural del mismo tema musical con distintos arreglos e instrumentos.


Entonces, son tres los elementos que entran a jugar en el estudio y uso de los Idiomas Sagrados:

El significado universal; es decir, la red cuatri dimensional de significado, común a todos ellos.

La letra-signo-mito-dios acotada a un espacio/tiempo cultural, el idioma sagrado como significante.

Y la propia subjetividad de todos aquellos que lo usaron y lo usan ahora, que reconoce y designa el significado.

El significado reconocido está dado por la acumulación de las experiencias con su uso, tanto en una vida como en todas aquellas vidas que trasmitieron o escribieron y dejaron testimonio de sus interpretaciones y reflexiones al respecto de ese particular idioma sagrado.

Entonces, en la práctica, esa realidad objetiva invisible no existe fuera de la tecnología de la comunicación. No porque no exista, sino porque las palabras como etiquetas para nombrar y hablar del mundo se quedan cortas. No alcanzan. Porque la palabra no es la cosa.

Todo lo que se escribe es una particular visión de la cosa. Lo que uno ha llegado a vislumbrar en su subjetividad de la cosa. Un personal recorte de la cosa. Lo que alcanzamos a conocer en laboratorio de la cosa. Lo que teorizamos acerca de la cosa. Cuando comentamos nuestras lecturas en los comentarios del blog del abate, nos estamos intercambiando mutuamente recortes, porciones de la cosa.

Todo nuestro conocimiento científico, por más sofisticado que pueda parecer, rasca la cosa. No pasa de la superficie. Tanto es así que ese "conocimiento" nos está llevando a destruir nuestra casa.
Porque si ése conocimiento fuese verdadero y útil,  hubiera preservado nuestra casa.



Volviendo al principio, para confirmar.
Sí, la mejor respuesta para todos y para la Ciencia y para los Idiomas Sagrados es:  "no sé, yo tampoco tengo aún una respuesta para eso, tal vez la alcancemos viviendo". Así mantenemos nuestro respeto hacia todo lo desconocido e invisible e intentamos cambiar lo menos posible de todo aquello de lo que sabemos tan poco y nos es tan útil. Es decir, de este planeta increíble y todos sus seres.





Comentarios

Artemiza visen ha dicho que…
hola Marta ! ... hace bastante tiempo que una lectura pudiera transportarme como lo hacen tus escritos , un buen modo de despertarse uno por la mañana , alla en un rincon del mundo colgado de una montaña , y leyendo eso , es una suerte ! ya deje de usar la palabra ,,maravilloso,, desde cuando me di cuenta que todo es un milagro , todo lo que miro , descubro , vivo y demas . Tengo suerte , eso me gusta usar ahora : por conocerte , por ser mi Guia en comprender una pizca de lo que es I Ching y lo que implica esto , ya es infinito . Porque guiar a uno de la mano para conocer el infinito !!! que puede ser mas grande que eso ? para mi , nada .
El relato sobre los idiomas sagrados , me lo tengo que leer mas veces , seguro que encontrare mas de lo que vi a una primera lectura , gracias ... ya sabes , siempre se me queda corto cuando tengo que agradecerte algo ! .... un abrazo !
Anónimo ha dicho que…
gracias, Marta, por comentar el I Ching y por este blog también.

estuve leyendo a Santa Teresa de Ávila, Las moradas, más que nada, y me sorprendió encontrar que Dios es como un principio informe, infinito.

siento que la mística está en relación con el fenómeno estético, y con la locura, y el amor. ¿no son llaves a lo invisble, a lo que nos arroja fuera de nosotros mismos, al tiempo en que realmente nos hallamos más cerca?

(recién leí tus lecturas sobre el hexagrama 44!)

Abrazo y bendiciones!
Marta Ortiz ha dicho que…
totalmente con el fenómeno estético. En el I Ching es el hexagrama 22, La Gracia. Un fuego ilumina una montaña desde abajo. Ilumina el Misterio y permanece estático, arrobado, cataléptico, embobado. La sensibilidad estética, el oído musical, el canto el baile la poesía. Inmediatamente se enciende la ética, porque la sensibilidad estética es armonía y de eso se trata la ética. Lo que quiero para mí lo quiero para ti es sensibilidad estética, la búsqueda de la belleza y armonía en las formas y en los vínculos, que esencia y apariencia se equilibren, el matrimonio entre yin y yang. El arte bucea en el Misterio y digo bucea porque en el agua está el misterio de la vida, la mística también lo hace. Has visto, los místicos son poetas, la poesía es canto.
En el abate hay una página de Religiosidad, hay poetas místicos allí. Está Lalla, muy apasionada.

Sí, va un gran abrazo

Marta Ortiz ha dicho que…
El sentimiento es amor, si
Anónimo ha dicho que…
creo que es la energía de neptuno, el transpersonal. me disuelvo en todo, pierdo mi ego, me encuentro en todo. no hay límites, hay fusión.e s como una versión de venus (ir al otro) aún más potente. por eso es el amor universal, la inspiración, neptuno, entre otras cosas...
Anónimo ha dicho que…
Marta, vengo para consultarte algo, dado que este blog es sobre espiritualidad, y no quería joder en el de I Ching.

Estoy sintiendo como energía en mi cabeza, como un escalofrío de placer, hace varias semanas, en la coronilla. Y luego en las manos. Y muchísima creatividad. Como si entrara en meditación fácilmente, y fuera una bendición tener conciencia, estar vivo. Y siento mucho esto en la coronilla. Pensé que podía tratarse del chakra de arriba, no sé si estás familiarizada con eso.

Quiero saber si tenés experiencia en sentir eso. Es como un placer y un estado de bendición a la vez, que me sorprende, y un poco me asusta, porque también en las manos está, como energía vibrante.

Marta Ortiz ha dicho que…
Hola, eso de la coronilla sí, cuando comencé a escribir este blog y durante unos tres años sentí ese halo pero no era tan agradable como lo cuentas acá. Era como un elástico tenso que ardía o cosquilleaba y que tenía que frotar para que se aliviara. A hora lo estoy sintiendo porque llevo unas horas escribiendo respuestas a los comentarios del blog. En esa oportunidad una persona me dijo que tuviera cuidado con eso, que está llegando mucha sangre a la cabeza por la intensa actividad cerebral. Que usara algo frío sobre la cabeza para calmarlo, el riesgo es que se rompa algún vaso sanguíneo por el aumento de presión de sangre allí. Uso un pad de esos que se usan para las torceduras y golpes, lo tengo en la heladera fuera del freezer. Tiene que ser frío, no helado, no congelado.
En las manos no me sucede porque las estoy usando y siempre las usé mucho. A la cabeza también siempre la usé mucho, pero nunca para escribir tan concentrada y conectada como ahora. Esto que escribo es creación instantánea, las palabras se ordenan solas con las ideas que llegan conmo si abrieras un surtidor de agua. Saltan, no es planificado ni es estudio, me llevan como si fuera llevada por la corriente de un río.
Usa algo como lo que te digo para tu cabeza, si recién comienza esto se incrementará hasta llegar a ser molesto. Es una transformación, algo se ha abierto porque llegó el momento, porque llegó al umbral.
No me interesa saber qué es esto, estoy ocupada jajajaj Entonces no me preguntes qué es porque no tengo idea. Yo te digo cómo funciona porque me ha sucedido y aún me sucede, como ahora. Con el tiempo te sucede con menos frecuencia, como si ya hubiera más vasos para ocuparse de esa gran cantidad de sangre que llega allí.
Supongo que salen chispas jajajajaj Somos raros, pero ahora los raros no tenemos problema con esto de la rareza. Cada vez somos más. Ya sabes que la normalidad es una cuestión de cantidad.
Nada de susto, usa eso y verás cómo te alivia.
Anónimo ha dicho que…
Muchas gracias Marta!